La elección de México vista desde Washington

Hace unos días el Director de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, una área del gobierno muy poderosa ya que aglutina la toma de decisiones e las agencias de seguridad e inteligencia de nuestro país vecino, compareció ante la comisión de inteligencia del Senado estadounidense y habló de las elecciones en México.

A manera de preámbulo, esta área se crea posterior a los ataques terroristas de Septiembre 11 con la idea de aglutinar en una sola oficina toda la inteligencia de seguridad nacional y análisis de prospectiva para de ahí informar al ocupante de La Casa Blanca.

El análisis que elabora esta poderosa oficina sirve para la toma de decisiones en cuanto a la elaboración de políticas públicas en materia nacional e internacional.

El reporte del titular de esta área hacia México no fue muy optimista y confirma una vez más que muchos en el Gobierno de los Estados Unidos ven a México como un país sumido en una grave crisis de insegurida y ausencia de estado de derecho en varios rincones del país. Lo discutido a puerta cerrada entre funcionarios del Ejecutivo y Legislativo reafirma también el sentido de última actualización de la alerta de viaje, es decir, México sigue siendo un país en el cual el crimen organizado pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos y ensucia el clima de negocios.

Seguramente funcionarios del Gobierno del Presidente Peña Nieto y los estrategas del equipo de campaña de José Antonio Meade vieron este reporte también con recelo ya que afirma que las probabilidaes de triunfo de López Obrador son altas y que por cierto la posibilidad de que se reviertan muchas de las reformas estructurales también es alta. Tema el cual dudo.

La realidad es que a lo largo de los próximos meses Ámerica Latina será foco de atención en Washington debido a las elecciones en México, Brasil, Colombia, Cuba, Venezuela, entre otras, en las que se medirán fuerzas proyectos políticos opuestos a mucho de los que está planteando el actual Gobierno de Estados Unidos.

Con un Presidente Trump incierto y cambiante y con una política hacia el Hemisferio Occidental poco claro, será clave que el nuevo gobierno de México tienda puentes inmediatamente después de la elección de julio.