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Aún cuando la agenda política del país parece estar en pausa debido a la contingencia de los terremotos recientes, no podemos pasar por alto que la cuenta regresiva sobre los resultados de la actual administración federal ha iniciado de manera formal. En este sentido, quiero analizar los datos que acompañan el reporte anual sobre competitividad global que emitió el día de ayer el Foro Económico Mundial (WEF) por sus siglas en inglés.

Es claro que México sale mal parado y es que por segundo año consecutivo, nuestro país se colocó en el puesto 51 de 137 países. Factores como la corrupción, y la inseguridad son los principales motivos que impiden hacer negocios en México, estima el Foro.

El reporte cita que de los 12 pilares que el WEF analiza en el tema de competitividad, donde más retrocedimos fue en el tema de las instituciones y la poca confianza que se les tiene debido a los altos niveles de corrupción que las empresas tienen que enfrentar.

Este resultado ya recurrente en otro análisis internacional, obliga a toda la sociedad a hacer una reflexión importante de cómo resolver problemas de ética en el país. Hay que ser claros, la corrupción en México no es privativa del sector público, el sector privado enfrenta hoy días graves casos de corrupción, cito casos como el Walmart, y Odebrecth, entre otros. En tanto, otro gran pendiente según el estudio es el tema de crimen organizado donde México se sitúo en el lugar 134, por lo que sólo Venezuela (que vive una crisis institucional inédita); Honduras y El Salvador salen peor evaluados que nuestro país.

Comienza, insisto, la cuenta regresiva de la evaluación de resultados de este sexenio. Meses de intenso escrutinio frente a la elección presidencial y legislativa del 2018. Aún cuando los avances en materia de apertura están a la vista gracias al impulso de las reformas estructurales, será difícil ver resultados inmediatos y los efectos de las reformas se empezaran a palpar dentro de un par de años.

No podemos echar de menos estos estudios y su impacto en el clima de negocios de nuestro país, todo esto en medio de una coyuntura internacional adversa y una negociación del TLCAN que se antoja sumamente compleja.